“Lugares oscuros” de Gillian Flynn, cuando el miedo te rodea...
Libby Day era aún muy pequeña, tan solo tenía 7 años, cuando toda su familia fue asesinada en la granja de Kansas donde vivían. Aquella
noche su madre y hermanas perdieron la vida y ella consiguió escapar por los
pelos. En el juicio, la niña declaró en
contra de su hermano mayor, Ben,
quien desde hacía algunos meses había desarrollado un mórbido gusto por los rituales satánicos y fue encerrado en
prisión acusado del brutal delito.
Sin embargo, el dinero se ha acabado y la joven, que no sabe hacer nada en la
vida, no se imagina cómo podrá salir adelante. Y es entonces cuando el destino
parece ponerse de lado de Libby por primera vez, con la aparición de un peculiar grupo de amantes del crimen llamado
“Kill Club”, cuyos componentes se reúnen para charlar sobre asesinatos
famosos e intentan resolver todos los puntos que quedaron abiertos durante la
investigación oficial.
La masacre de la granja de Kinnakee
Y claro, para los Kill Club no iba a pasar desapercibida
la masacre de la granja de Kinnakee
y de hecho, ellos están seguros de que
el joven Ben es totalmente inocente de los cargos y por tanto está
cumpliendo una condena que no le corresponde. Cuando estos investigadores se
ponen en contacto con Libby, ésta
accede al principio por motivos económicos, pero más tarde comienza a descubrir
que quizás su hermano no fue el que
asesinó a su familia y por tanto el
culpable puede estar libre.
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